La Gratitud por lo que Eres y por lo que Tienes.

Ninguna persona es capaz de pasar todos los obstáculos presentes en su vida sin ni siquiera una sóla caída. Todos, como seres humanos que somos, hemos sido víctimas de los duros golpes de la vida. Y cuando esto ocurre, muchas veces tenemos la tendencia a culpar a los demás de nuestras desgracias, nos sentimos tristes y lanzamos la toalla. Nos fijamos en las cosas que no logramos y que no tenemos.
Pero, ¿qué hay de las cosas que ya poseemos y por las que hemos luchado tanto? ¿Qué hay de tantas experiencias formidables que guardamos en nuestro corazón y en nuestra memoria? Así como toda persona ha experimentado reveses en su vida, así también todo ser humano ha gozado de experiencias positivas inolvidables, anécdotas maravillosas que hoy en día podemos contarle a alguien y decir: Qué excelente que haya pasado!! Me siento la persona más feliz del Mundo!
Pase lo que pase, tenemos que estar agradecidos por las cosas hermosas que nos han pasado. La gratitud nos abre las puertas hacia nuevas experiencias gratificantes. Debemos la gratitud hacia nuestra vida, hacia nuestra salud, por las personas que nos rodean y que llenan nuestros días con alegría y compañía sincera. Es indispensable y saludable estar agradecidos por todo lo bueno y positivo que ha ocurrido en nuestra vida, o que está sucediendo. El mero hecho de estar agradecidos por las cosas buenas y fantásticas que pertenecen a nuestro historial, dan cuerda para sentir ganas de seguir viviendo y continuar con esfuerzo y dedicación a forjar un futuro mejor y mejor. Demos gracias porque respiramos. Rindamos gratitud porque fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y también porque somos triunfadores: de tantos millones de espermatozoides, fuimos los que con éxito hemos engendrado un óvulo y nacido como símbolo de la victoria por la vida.
Somos dichosos porque presenciamos tantos milagros de la tecnología, de la medicina, de la ciencia, que nos hacen posibles vivir cada vez más cómodos. Y digamos gracias también por la oportunidad de ser cada día, mejores en todo sentido y en todo ámbito.
Y si es que hemos tropezado y nos duele la caída, digamos estar agradecidos también por aquella experiencia que, si bien nos hace inclinar, una vez que nos levantamos, somos más altos que antes. Lo que no aprendemos en condiciones favorables, lo llegamos a aprender en malas condiciones. Pero ese es el equilibrio de la vida y de la naturaleza: los tropezones que nos causan dolor hoy, nos evitan caer en el futuro en situaciones similares. Estas experiencias dolorosas nos dejan cicatrices, pero las cicatrices pronto se caerán y se curarán. Pero la experiencia permanecerá siempre con nosotros. Y así como dice el dicho: "Lo que no te mata, te hace más fuerte", así debemos soportar con paso firme los altibajos de la vida. Con cada paso que damos, estamos siempre más cerca de nuestras metas. Por eso, ocurra lo que ocurra, tengamos gratitud por todo lo vivido, que es fuente de sabiduría y felicidad. Tal vez las malas experiencias no nos acerquen a nuestro objetivo de forma directa, pero nos transforman en personas humildes, hecho que hace posible que aprendamos lo ignorado y volvamos a tomar las riendas del camino.
En conclusión, la gratitud es un elemento importante en la búsqueda del éxito, la fortuna y la felicidad.

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