El Desenfrenado y el Temperante.

El desenfreno es el exceso en los placeres. El desenfrenado es el que se aflige más de lo que conviene por no obtener las cosas placenteras, siendo el placer, por tanto, lo que le produce aflicción; y el temperante, por su parte, es el que no se aflige por la ausencia o la abstinencia de lo placentero.
Fuente:
ARISTÓTELES, "Etica Nicomaquea", pág. 72.

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