Chiste: El Grito Unísono de los Locos.

Había un tipo que vivía al lado de un manicomio, y cada día tenía que pasar por un camino junto al manicomio, para poder ir a su trabajo.

Un día, el señor escuchó que los locos del manicomio coreaban: "Ocho, ocho, ocho..."

Al día siguiente, cuando el individuo pasa junto al manicomio, vuelve a escuchar el coro de los locos que decía: "Ocho, ocho, ocho..."

Ocurrió lo mismo en el transcurso de una semana, hasta que un día, el señor no se aguantó de la curiosidad.

Se trajo un turril y lo colocó junto al muro del manicomio. Se subió sobre el turril, y lentamente empezó a subir la cabeza, para enterarse de lo que acontecía.

Cuando ya tenía toda la cabeza sobre el muro, recibió un golpe en la frente con un ladrillo arrojado.

El tipo se cae y queda inconsciente.

Finalmente se escucha que los locos coreaban: "Nueve, nueve, nueve..."