Si está Agotado por el Estrés, Recargue su Energía.

En un estudio realizado por la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés entre más de 500 empleados de empresas de diferentes rubros (principalmente en Buenos Aires y alrededores), el 30 por ciento dio positivo al Test de Maslach, la prueba de medición más conocida para el fenómeno del estrés laboral o burnout (en inglés).
Aunque el psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberg describió este trastorno por primera vez en 1974 luego de estudiar los síntomas de agotamiento en personas que trabajaban con adictos a las drogas, el fenómeno no hace en realidad distinción de oficio, sexo ni edad.
Muchas personas, sobre todo las que atienden al público, llegan a un punto de desequilibrio entre sus necesidades y la lucha diaria con problemas ajenos. Si el trastorno pasa inadvertido y no se trata, la salud y la calidad del trabajo se deterioran, y la persona cae en una depresión.
En un empleo, como en una relación, necesitamos sentir que el esfuerzo que invertimos vale la pena.
Si no se reconoce nuestro empeño, si nadie nos respalda, si solo cuentan los resultados, nos sentimos desechables. Es como un fracaso amoroso.
Sin embargo, no es fácil usar el último recurso: la ruptura.
Aunque la tarea que le haga le encante y apasione, el estrés puede traer graves consecuencias. De hecho se trata de una dolencia frecuente en personas que han tomado con mucho compromiso y gran responsabilidad sus tareas.
El burnout es un fenómeno de aparición muy lenta, un proceso que lleva años hasta que un día se produce la crisis. Los síntomas no surgen en un diagnóstico químico de laboratorio.
Las características principales del burnout son:
* El agotamiento emocional: la persona se insensibiliza frente al sufrimiento ajeno.
* La despersonalización o automatización de las tareas que implican el trato con las personas, y
* La disminución de la iniciativa y de la toma de decisiones.
Es muy desgastante tratar con personas y sus problemas bajos grandes presiones de tiempo.
El signo característico del agotamiento es una actitud negativa. Nos retraemos y el trabajo empieza a disgustarnos. Uno se torna pesimista, crítico, hostil, y culpa a los demás. En vez de esforzarnos al máximo, nos conformamos con salir del paso. Al final, la combinación de cansancio y pesimismo conduce a una sensación de ineptitud que arruina la energía y el ánimo de la persona.
El cerebro tiene la aptitud de percibir y reflejar el estado de ánimo de la persona con quien estamos, lo que en la mayoría de los casos nos favorece al ayudarnos a entenderla mejor.
Sin embargo, el trato constante con personas ansiosas, enojadas, estresadas o traumatizadas colma el cerebro de emociones negativas y activa los centros del estrés.
Si al estrés laboral se suma un jefe difícil, las condiciones están dadas para que la persona sufra una crisis, porque no tiene a quién acudir en busca de apoyo emocional.
Nos convertimos en pozos secos, sin nada más que dar. Como mecanismo de defensa, nos cerramos y terminamos por rechazar a la persona que debíamos ayudar.
De hecho, hay una mayor predisposición al burnout en personas que viven solas o no tienen una red familiar o de amigos que los contengan emocionalmente. El solo hecho de reconocer el agotamiento puede ser decisivo. La percepción lo cambia todo. Una vez que se entiende lo que ocurre, no se puede mantener la misma actitud hacia el trabajo.
Reserve tiempo para Usted. Cuando la ayuda a los demás está por encima de todo, la persona no atiende sus propias necesidades. Uno no hace más que dar, y se siente culpable si deja de hacerlo. Hasta Dios descansó el séptimo día después de la creación del Universo.
Basta cerrar los ojos y despejar la mente durante unos instantes para recobrar fuerzas.
No sea perfeccionista. Esfuércese al 90 y no al 110 por ciento de su capacidad máxima. Acepte que los platos pueden amontonarse en la pileta. Delegue lo que pueda. Y que no cuenten con Usted a cualquier hora: en vez de revisar el correo electrónico y el contestador todo el día, fíjese un horario para responder los mensajes y aprenda a apagar los aparatos y atender otros aspectos de su vida.
Cuidese. Coma sanamente, duerma lo suficiente y haga ejercicio a diario. Si cree que está muy ocupado, empiece con dos caminatas de cinco minutos por día. Cuando vea los beneficios, querrá hacer más de todo aquello que evita la crisis de agotamiento.
Cree una red de apoyo. Tenga en el trabajo un amigo de confianza al que pueda acudir si las cosas se ponen difíciles. El ser humano no está hecho para la soledad. Todos necesitamos el apoyo de la familia y de los amigos.
Prevea el futuro. Si necesita dejar un ambiente laboral nocivo pero aún no puede renunciar, dedique 15 minutos por día a explorar opciones. Conéctese a Internet, relaciónese, capacítese, actualice su currículum. La mayoría de las personas se encontrarán en una situación laboral mejor y más sana dentro de un año y medio. Ir poco a poco le dará más control sobre las cosas y preparará el escenario para un nuevo comienzo.
Tenga un proyecto personal. La persona agotada lo está por dedicar más tiempo a los otros que a sí mismo. Por lo tanto, parte del tratamiento consiste en que el paciente encare algún proyecto personal, no importa si es grande o pequeño (desde cuidar una planta hasta cursos u otras actividades [como editar constantemente un propio blog]), pero debe ser una iniciativa propia.
Desarrolle un sano egoísmo. Quien no atiende sus necesidades básicas, no está en condiciones para ayudar a otros.
Fuente:
Revista Selecciones (Abril), pp. 31-36.

Comentarios

Entradas populares