PARA ALCANZAR UN GRAN ÉXITO, UNA PERSONA DEBE POSEER LA CAPACIDAD DE SOPORTAR EL DOLOR

En alguna ocasión, el afamado filósofo alemán Friedrich Nietzsche, afirmó con toda certeza: "Lo que no te mata, te hace más fuerte."

En mi opinión, uno de los objetivos generales de toda persona es alcanzar el éxito, y para dicho fin, busca diferentes caminos para llevar a cabo su cumplimiento.

Un amigo mío que había realizado un doctorado en España, el doctor Federico Joffré, una vez me comentó una idea que rondó por mi mente por mucho tiempo: "El trabajo produce cansancio, y el cansancio es dolor." Sabias palabras de este señor, que siempre hacía argumentos interesantes, a raíz de los tantos libros que solía leer.

El éxito no es más que la autorrealización en el campo profesional de un ser humano, tanto en lo académico como en lo laboral. Muchas veces nos encontramos ante la situación de un trabajador, que no puede cumplir con sus objetivos laborales, debido al estrés al que está sometido en gran medida, y que prefiere abandonar sus proyectos de trabajo, porque siente que la presión es demasiada. Lo mismo ocurre en el área académica. Cuántas veces un estudiante prefiere renunciar a sus altas expectativas académicas, como ser alcanzar un doctorado Ph. D., puesto que se deja vencer por el cansancio y la altísima tensión.

No es saludable estar constantemente bajo estrés, y hay que saber incluir descansos intermedios para poder lidiar con estas situaciones. Pero tampoco podemos procurar renunciar ante un objetivo difícil y complicado, ya que nos rendimos ante nuestra incapacidad para aguantar el dolor que representa su cumplimiento. Bien sea a nivel académico o bien a nivel laboral, siempre existirán al menos algunas circunstancias en que nuestra capacidad de soportar el dolor, será puesta en prueba, y depende de este atributo nuestro, para poder posicionarnos entre las personas de alto prestigio y elevado reconocimiento de la alta sociedad.

Concluyo este artículo con una frase del célebre Og Mandino, que me ha motivado a lo largo de estos últimos años, en la búsqueda de la plenitud en el ejercicio del éxito: "Si fracasas, ¡fracasa luchando!"