El Olvido por Olvido.

Olvidamos lo que olvidamos, porque queremos dejar en el olvido, lo que deseamos olvidar. Y si olvidamos lo que queremos olvidar, no es porque queremos dejar en el olvido lo que no queremos olvidar, sino más bien lo que sí queremos olvidar, por olvidar aquello que anhelamos que permanezca olvidado. Y si al olvidar, olvidamos por olvidar lo que no queremos olvidar, no tendría sentido. Puesto que el sentido de olvidar es apartar hacia el olvido, lo que ha de olvidarse, porque es el deseo el olvidarlo. Sin olvidar, no se podría olvidar lo olvidado, olvidando porque olvidar es una acción a voluntad que también la misma llegara a ser olvido. Y si los olvidones se quejan de sus olvidos, dense ellos cuenta de que si no olvidaran lo que ellos no desean olvidar, tampoco olvidarían aquello que también quieren y deben olvidar. Olvidar no es un vicio, sino más bien una virtud. Olvídense de todo lo demás, que es puro cuentos. Olvídense de sí mismos. Olvídense hasta de que existen. Olviden para comenzar todo de nuevo, y empezar a olvidar otra vez. El olvido es salud. Y los que se olvidan de absolutamente de todo, se han olvidado también de que no tienen salud. Y qué mejor salud que olvidar hasta lo que uno ha olvidado? Por olvidar, se olvida hasta de lo que conviene olvidar. Y entonces por qué no todo el mundo olvida? Porque se olvidan de olvidar. Dejan en el olvido todo menos el olvido. Y cuando eso ocurre, lo mejor es olvidarse del tema. Sabes que es olvidar? Olvidar es olvidar lo que sabes.

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