En Referencia al Éxito.

La diferencia entre el éxito y el fracaso son el esfuerzo y el sacrificio. Si no existiera el fracaso, tampoco existiría el éxito ni la gloria. El fracaso es un requisito indispensable para llegar a la meta del éxito. No se puede alcanzar el éxito, sin antes haber fracasado.
Y si alcanzamos el éxito sin fracasar, es porque contamos con los conocimientos y las experiencias de gente que ha tenido que fracasar, para brindarnos la oportunidad de llegar al éxito desde un escalón más alto que el que ellos tuvieron, al comenzar la marcha en el camino de la vida.
Tanto el éxito como el fracaso son dos extremos opuestos, que existen en paralelo en este Universo. Sin uno de estos elementos, el Universo entraría en desequilibrio y caos.
Quien fracasa está más cerca del éxito, que el que nunca se arriesga y prefiere estar de espectador. Quien no arriesga, no gana.
Si fracasas, ¡fracasa luchando!
Muchos notan el progreso de una persona, pero pocos notan su sacrificio.
El esfuerzo es el padre del éxito. No hay que aplicar el esfuerzo en exceso, sino más bien, en constancia.
Si tienes dos actividades planificadas, realiza primero la actividad que más esfuerzo implique. De esta manera, podrás conservar un buen hábito de aplicar todo el esfuerzo que es indispensable en cada actividad de la vida, del trabajo, del estudio, de las relaciones sociales, y en general.
El que se esfuerza constantemente en todos los ámbitos, conoce el éxito de memoria.
Para no fallar, hay que hacer las cosas modesta o moderadamente, pero de una forma constante, como se escala una montaña: por etapas. Quien mucho abarca, poco aprieta.
Una vez se alcanza el éxito, no hay que permitir que el éxito se suba a la cabeza. Si esto último pasa, desaparece la propia humildad, y sin humildad se carece de la capacidad para aprender nuevas cosas, y uno queda estancado en el orgullo.
Si la humildad falta, en lugar de avanzar, se retrocede. La humildad es la herramienta que te abre la mente y el corazón.

Comentarios

Entradas populares