POSTERGANDO LOS GASTOS SE PUEDE INCREMENTAR LA TENSIÓN


Cuando postergamos nuestros gastos, nuestras necesidades nos exigen una mayor atención, y por la tanto, se incrementa la tensión que sentimos por satisfacer dichas necesidades. Mientras más tiempo pase una necesidad sin ser satisfecha, mayor tensión producirá. Sobre todo es el caso de las necesidades básicas, entre las que podemos nombrar las necesidades fisiológicas, de seguridad, de aceptación social, de autoestima y las necesidades de autorrealización.

Podemos aprovechar esta situación e incrementar la productividad laboral mediante el aumento de la tensión que experimentamos, postergando precisamente nuestros gastos. Experimentaremos una mayor tensión para poder incrementar nuestro rendimiento laboral. Lo óptimo es tener el nivel de tensión entre un nivel bajo e intermedio de estrés. Cuando el estrés es bajo o alto, y este hecho se extiende por mucho tiempo, entonces nuestro rendimiento laboral disminuye.


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