TEORÍA DE LA TENSIÓN


Cuando no hay tensión, no existe trabajo. El gerente de una empresa debe tener la capacidad de generar cierta tensión en sus subordinados. Una forma de lograr este fin es lanzando indirectas acerca de los errores que cometen los funcionarios dependientes. Por ejemplo, si un trabajador realiza un informe incompleto, se le puede mencionar el siguiente comentario: "De repente este trabajo podría ser realizado de una mejor manera. Nada es perfecto, pero todo es perfectible."

Otra manera de generar tensión es mostrando algo de indiferencia y también algo de seriedad.

Hay que saber administrar bien la tensión, puesto que mucha tensión puede producir estrés. En la dosis está el veneno.

La antipatía también es fuente de tensión. Pero hay que saber aplicar la dosis adecuada, y además la gente en la que se desea generar tensión, no debe darse cuenta de que el objetivo de todas estas estrategias mencionadas anteriormente, es lograr que estas personas trabajen, porque de lo contrario no tendrán un buen efecto estas estrategias.

Al mismo tiempo que un administrador provoca tensión para generar más trabajo y una mayor productividad, este administrador se retroalimenta de tensión a manera de rebote, lo cual le permite a este último poder trabajar.

Cuando se está bajo mucha tensión o estrés, hay que descansar hasta que la tensión baje hasta su nivel mínimo, pero es recomendable retomar la labor cuando todavía existe algo de tensión. Si la tensión se elimina totalmente, será más difícil retomar el trabajo.

Es un arte mantener el nivel apropiado de tensión para poder trabajar de forma constante.

Como regla general se puede plantear, que entre semana exista una tensión moderada, y que en los fines de semana, esta tensión se reduzca al mínimo, sin eliminarla del todo.

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