EQUILIBRIO ENTRE LA ENERGIA INTERNA Y LA ENERGIA EXTERNA EN EL AMBITO LABORAL

El equilibrio debe estar presente en todo, inclusive debe existir un equilibrio entre la energía interna y la energía externa de una persona.

Si llevamos este concepto a la práctica, en el ámbito laboral, para que un trabajador pueda desempeñar su cargo y actividades de forma óptima, tiene que haber un equilibrio entre la energía interna y la energía externa de este individuo. Sobre todo, el personal idóneo de una empresa debe tener una gran capacidad interna, que incluye factores como la educación, los principios y los valores morales, la cultura, la actitud positiva, la productividad, la eficiencia, la audodisciplina, la automotivación, el liderazgo, las virtudes en general, la información, la capacidad para procesar esta información, el optimismo, la capacidad de adaptarse, la lealtad a la empresa donde que se trabaja, la comprensión, la empatía, la personalidad, la madurez, entre muchos otros. Cuando la energía externa es negativa, los trabajadores deben tener la suficiente energía positiva para poder compensar esta energía negativa proveniente del entorno.

Como referencia, dentro de los factores externos que pueden producir una energía externa positiva, se encuentran: un entorno agradable, un sueldo apropiado, buena iluminación del ambiente, ausencia de ruidos, adecuadas políticas de la empresa, buenas relaciones sociales tanto con los demás colegas como con los clientes, refrigerios, adecuada ventilación del entorno, material de trabajo necesario, objetivos bien planteados, etc.


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