LA CULTURA COREANA Y SUS TABÚES.
Al ser hijo de padres coreanos, pero nacido en Bolivia, me doy cuenta de que existe un abismo muy grande entre la cultura coreana y la boliviana.
En Corea del Sur, la vida es muy agitada; todo el mundo anda trabajando apresuradamente y buscando la manera de ganarse el prestigio y el honor del éxito.
En Bolivia, la realidad es muy diferente, tal como la percibo. La gente toma muy en cuenta la personalidad de las personas, además de su espiritualidad. Como en este país existe demasiada pobreza, puesto que forma parte del Tercer Mundo, la comunidad trata de brindarse ayuda entre sí, más que buscar la cúspide del éxito. La hospitalidad boliviana, sobre todo la cruceña (en referencia al departamento de Santa Cruz), es notoria a grandes rasgos. Una persona que se dedica solamente a trabajar casi el tiempo completo de su vida, es vista con ojos de extrañeza. Obviamente que también en esta república, el éxito también posee un lugar especial en la consideración de los ciudadanos, pero no en la medida como se vive en Corea.
En el país asiático mencionado, existe un monto de tabúes; tan pronto como algún coreano o coreana realiza un acto éticamente inapropiado, el rumor corre desenfrenadamente por todos los medios de comunicación, con un toque fatalista, aspecto propio de los países desarrollados y con valores morales más estrictos y rígidos.
Asimismo, entre los tabúes presentes en la cultura coreana, hay el que se refiere a los matrimonios; es mal visto si un coreano o coreana contrae nupcias con personas de otros países. Poco a poco se va rompiendo este tabú, pero aún sigue siendo muy pronunciado, y las consecuencias de violar este tipo de tabúes, puede representar el alejamiento de los progenitores asiáticos por mucho tiempo. Puede darse el caso de un lapso de tiempo de varios años.
En un mundo globalizado, donde el internet va uniendo las diferentes culturas, y limando asperezas históricas y bélicas entre las diferentes naciones, parece ser que la discriminación racial aún sigue siendo un obstáculo que hay que ir venciendo con el paso del tiempo, abriendo las mentes a nuevas convivencias y experiencias inesperadas.
En el país asiático mencionado, existe un monto de tabúes; tan pronto como algún coreano o coreana realiza un acto éticamente inapropiado, el rumor corre desenfrenadamente por todos los medios de comunicación, con un toque fatalista, aspecto propio de los países desarrollados y con valores morales más estrictos y rígidos.
Asimismo, entre los tabúes presentes en la cultura coreana, hay el que se refiere a los matrimonios; es mal visto si un coreano o coreana contrae nupcias con personas de otros países. Poco a poco se va rompiendo este tabú, pero aún sigue siendo muy pronunciado, y las consecuencias de violar este tipo de tabúes, puede representar el alejamiento de los progenitores asiáticos por mucho tiempo. Puede darse el caso de un lapso de tiempo de varios años.
En un mundo globalizado, donde el internet va uniendo las diferentes culturas, y limando asperezas históricas y bélicas entre las diferentes naciones, parece ser que la discriminación racial aún sigue siendo un obstáculo que hay que ir venciendo con el paso del tiempo, abriendo las mentes a nuevas convivencias y experiencias inesperadas.
Comentarios